SMS KRONPRIZ

 SMS KRONPRINZ
La Historia. El buque fue inicialmente nombrado Kronprinz, convirtiéndose en Kronprinz Wilhelm en 1918 en honor al Príncipe Heredero Wilhelm. El barco era uno de los cuatros acorazad de classe König. Los otros fueron el König, Grosser Kurfürst y Markgraf.
El acorazado participó en la Batalla de Jutlandia, la mayor batalla naval de la Primera Guerra Mundial, que se libró el 31 de mayo y el 1 de junio de 1916. A pesar de ser parte de la vanguardia de la flota, El Kronprinz no sufrió daños ni pérdida de vidas.
Como parte del III Escuadrón, ayudó en el rescate de dos submarinos alemanes, el U-20 y U-30, varados en la costa danesa. En el viaje de regreso al Báltico, fue atacada por el submarino británico J1, pasando un mes en el dique seco de Wilhelmshaven para reparaciones.
El acorazado fue accidentalmente embestido por el barco Grosser Kurfürst en marzo de 1917, haciendo que 600 toneladas de agua entraran en su casco, tuvo que regresar al dique seco del astillero en Wilhelmshaven para más reparaciones.
Para octubre de ese año, El Kronprinz participaba en la Operación Albion, planeada para eliminar las fuerzas navales rusas en el Golfo de Riga en el Mar Báltico. Se enfrentó al acorazado ruso Graschdanin, logrando alcanzarlo dos veces, sin ningún daño para el Kronprinz
El 19 de noviembre, abandonó Alemania por última vez con destino a Gran Bretaña y su lugar de descanso final, Scapa Flow.

La inmersión. El Kronprinz Wilhelm es de los tres acorazados, a que menos profundidad está. La parte superior del casco está a -12 metros, sin embargo la parte más interesante, donde se encuentran los cañones de 12”, están por debajo de los -30m.
Sorprendentemente, la mitad de los cañones de 12” del buque todavía son visibles y accesible: ofrecen una oportunidad única para ver el armamento principal de un acorazado en lo que fue la era del acorazado. Hay pocos otros lugares en el mundo donde esto es accesible para los buceadores recreativos.
El trio de acorazados compuesto por el Kronprinz Wilhelm, König y Markgraf, suelen ser los que más interés despiertan entre los buceadores que visitan Scapa, pero debido a su tamaño, complejidad y orientación, requieren más de una inmersión para descifrarlos sin decepcionar.

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